domingo, 30 de noviembre de 2014

Etología Clínica Algunas preguntas y respuestas para conocer esta especialidad de la Medicina Veterinaria

Cuando el veterinario observa que su paciente, canino o felino, manifiesta malos comportamientos, y le expresa al propietario la necesidad de consultar a un veterinario especializado en etología clínica son frecuentes preguntas como las siguientes: ¿Qué significa Etología clínica?; ¿Cómo y dónde se realiza la consulta?; ¿El animal se queda solo con el profesional o los miembros de la familia deben participar?; ¿Hay edad para realizar un tratamiento?; entre otras.
Suele desconocerse que los problemas de conducta generalmente tienen tratamiento independientemente de la especie, raza, sexo y edad del animal que los manifiesta, y más aún que pueden prevenirse y evitarse.
En los párrafos siguientes compartiré respuestas a las preguntas más frecuentes en el consultorio de la especialidad.
La etología clínica, también llamada medicina comportamental o zoopsiquiatría, es la rama de la Medicina Veterinaria que se ocupa de prevenir, diagnosticar y tratar los problemas de comportamiento. Estos pueden presentarse en las distintas especies pero, en mi caso particular, me referiré a los animales de compañía por excelencia, el perro y el gato.
Un problema de comportamiento es cualquier conducta que resulte peligrosa o inconveniente para el individuo que lo manifiesta, su familia humana, sus congéneres u otras especies con quienes tiene contacto, o la sociedad en general.

Exceso de apego, un generador de serios problemas

El apego excesivo hacia el otro es un problema de comportamiento frecuente en el perro, y genera discusiones serias con los vecinos debido a ladridos o aullidos interminables cuando el animal está sin compañía.
Pero ¿qué es apego?, el diccionario lo define como la afición, cariño o inclinación hacia una persona o cosa. Es un comportamiento habitual y necesario en los mamíferos porque las crías nacen indefensas y no pueden sobrevivir sin el acompañamiento del adulto.
El tipo de apego y su intensidad depende de cada especie, por ejemplo en el gato, que es más independiente y territorial desde corta edad, el apego a su territorio reemplazará con el crecimiento la necesidad de formar parte de un grupo social, en cambio en el perro, que pertenece a una especie que vive en manada, el apego a ella tiene importancia para preservar su bienestar. Las características del apego también dependen del individuo porque algunos perros, sin importar la raza y edad, por su temperamento y educación son más dependientes que otros.

La agresión del perro, un problema de conducta que se repita a diario

Lamentablemente la agresividad canina sigue siendo noticia frecuente en diarios, radio y televisión, donde el tema es abordado la mayoría de las veces sin la formación adecuada dando como resultado desinformación más que información.
Es penoso que aún mueran niños por el ataque de perros que muchas veces pertenecen a familiares o vecinos. Esto, que puede prevenirse y evitarse, evidencia manejo inadecuado y, en ocasiones, falta de responsabilidad y respeto hacia los otros (personas y animales) de parte de quien está a su cargo.
Este comportamiento puede tener diferentes causas e intensidad, y el perro que lo manifiesta ser de edad, peso y tamaño diferentes, mestizo o de raza.
Quienes reciben las lesiones más graves son generalmente niños o ancianos, y las heridas son proporcionales a las características del agresor (tamaño, potencia de mordida), y de la víctima (edad, físico) que intervienen en el conflicto y es ahí donde yace el verdadero peligro. Los chicos tienen más probabilidad que los adultos de ser víctimas fatales debido a la presión que ejerce la fuerza de mordida del perro respecto del tamaño de su cuerpo, o por la hemorragia causada por el daño de una arteria o vena de la cabeza o el cuello donde se producen muchas de las lesiones.

domingo, 26 de octubre de 2014

Isis, una gata de hoy. Parte II


La vida de Isis fue complicándose poco a poco cada vez más, Córdoba quedaría atrás y Buenos Aires sería el nuevo destino.
Así continuó esta historia:
En Buenos Aires la propietaria y la gata se instalaron en la casa de la abuela, con quien tenía una relación aceptable aunque mordió y arañó varias veces sus manos cuando trataba de acariciarla.
Tres meses después, compartieron durante un mes y medio un departamento con el hermano de la propietaria, quien a su vez convivía con un gato y un perro, allí también permaneció encerrada en una habitación ya que tres veces hubo peleas intensas con el gato, que la perseguía, acorralaba y atacaba (lo que demuestra que él tampoco la estaba pasando bien). Durante ese período, Isis cambió la relación con su propietaria, la ignoraba y si, por algún motivo, se veía obligada a acercarse lo hacía temerosa y con postura agazapada, atenta y preparada para escapar si fuera necesario, cuando la dueña estaba dormitando subía a la cama, la observaba y olfateaba, y después de un rato se recostaba a descansar a su lado. Ya no jugaba, comía poco y permanecía mucho tiempo escondida y aislada.

Agresividad en felinos. Isis, una gata de hoy.

Parte I:
Isis es una gata de 4 años, raza común europea como se denomina aquí a los gatos que no pertenecen a ninguna raza determinada, intervenida quirúrgicamente en dos oportunidades. Vive con dos personas adultas y dos perros, en una casa en la que, además de vivienda, funciona un pensionado para caninos.
Llega al consultorio de etología clínica porque desde hace meses ataca muy agresiva e imprevistamente a perros, conocidos o no, y si alguien se interpone recibe arañazos y mordidas que producen heridas tan importantes que requieren tratamiento con antibióticos.
La agresividad de Isis lleva bastante tiempo de evolución pero en su inicio no llamó la atención a los propietarios ya que generaba lesiones leves, y no se percataron de que su malestar empeoraba día tras día.
Hoy Isis pasa mucho tiempo encerrada bajo llave en una habitación, porque de lo contrario salta sobre el picaporte y escapa generando temor en sus propietarios e incluso en los perros de la casa que la respetan y se corren del lugar para dejarla pasar. Mientras permanece aislada maúlla y golpea sin descanso la puerta, y solo se apacigua recostada sobre el regazo de su propietaria a quien está muy apegada.
La familia recibe frecuentemente visitas, Isis se acerca a ellas y les frota su cuerpo sobre las piernas, parece amigable porque acepta algunas caricias, que si son excesivas hacen que arañe o muerda sin autocontrol.
La propietaria me comenta: “nunca fue copada, si no la molestaban todo bien, de lo contrario atacaba con arañazos y soplidos, pero antes no transformaba la cara como ahora que parece endemoniada, actualmente cambia la mirada y se abalanza como si estuviera loca”.

Algunos de mis pacientes:

En unos segundos estaré listo...