jueves, 19 de abril de 2012

¿Macho o hembra?

En un grupo de cachorros es difícil distinguir machos y hembras porque todos se comportan de manera semejante. Con el correr del tiempo, poco a poco, empiezan a diferenciarse. Es frecuente preguntarse qué sexo será el más adecuado para la familia ya que esto influirá mucho en algunos comportamientos del perro.
Las conductas propias de macho y hembra, llamados comportamientos sexualmente dimórficos, se manifiestan en la madurez sexual.


Entre los comportamientos sexualmente dimórficos está la postura de micción. Cuando son pequeños ambos sexos agachan el tercio posterior para orinar, más tarde, el macho lo hace erguido y desplazando el cuerpo hacia adelante. Finalmente comienza a elevar el miembro posterior lo más alto posible, para orinar sobre superficies preferentemente verticales.
Las hembras continúan agachando el tercio posterior toda la vida, aunque algunas también elevan una pata pero a menor altura que un macho.
Con la adultez aparece en el macho el marcaje del territorio con orina. Es una conducta frecuente en ambientes nuevos, o por el contacto con otros perros sobre todo desconocidos. Le sirve para comunicar al otro su identidad, estatus social, y su estado fisiológico y emocional, porque la marcación territorial también se relaciona con aquellas situaciones que le generan estrés o ansiedad (por lo tanto si levanta la pata en diferentes lugares y objetos del hogar, algo lo perturba y debemos buscar por qué lo hace).
En la hembra la conducta de marcaje es más frecuente durante el celo o estro para atraer al sexo opuesto, pero también puede presentarse en estados de ansiedad.
La actividad general es mayor en el macho, defiende más el territorio, tiende a ser más dominantes con sus dueños y más agresivo con otros machos.
Cuando crece también aparece la conducta de monta. El perro monta objetos, a otros perros sin importar es sexo, y en determinadas situaciones abraza brazos o piernas del propietario o las visitas. Es necesario recordar que esta conducta no solo se presenta en un contexto sexual, no necesita una novia como comúnmente se cree. La monta también forma parte del establecimiento de relaciones de dominancia y subordinación, y también aumenta en situaciones que generan ansiedad, por lo tanto es muy importante el mensaje que el perro transmite con esta acción, que debe ser bien interpretado para evitar el desarrollo de problemas de comportamiento. Esta conducta también puede manifestarla la hembra.
La perra generalmente es más obediente, menos destructora y demanda más atención del propietario. Es más limpia y aprende más rápido donde debe orinar o defecar. Es menos excitable y ladradora, es más juguetona y tiene más paciencia a los niños, esto último está muy relacionado con el contacto que tuvo con chicos durante su época de cachorro.
De todas formas, elegir una hembra no garantiza que no manifestará los comportamientos citados anteriormente o agresividad hacia el propietario u otros perros, solo reduce su posibilidad de manifestación. Ya sea hembra o macho es fundamental la crianza adecuada del cachorro para prevenir problemas de comportamiento.
Entonces, todas las conductas mencionadas pueden ser normales para la especie pero también un signo clínico de una enfermedad comportamental, por lo tanto en presencia de cualquiera de ellas es necesario realizar el diagnóstico etológico para evaluar la edad, la causa, el contexto y la intensidad de presentación.
Independientemente del sexo elegido, es importante recordar que el comportamiento del individuo depende de la genética, del ambiente que lo rodea desde su gestación y de lo que aprende a diario.
Para compartir los días con un compañero de cuatro patas con “perrolidad agradable” (entiéndase “personalidad” pero en el perro) no se necesita una raza determinada.
Solo se requiere educarlo desde que llega al hogar con actitud coherente; hablarle en un idioma que él pueda comprender claramente, que sin duda no es el castellano ni el inglés; ofrecerle un ambiente variado, y dedicarle el tiempo que necesita para enseñarle, compartir paseos y jugar en forma correcta con él.

Siempre es positivo recordar que el buen comportamiento también es signo de salud y bienestar.

Algunos de mis pacientes:

En unos segundos estaré listo...