jueves, 30 de junio de 2016

Dermatitis o granuloma por lamido, ¿sólo un problema de piel?

En diferentes ocasiones el lector puede haber observado perros con una zona enrojecida en sus miembros anteriores o posteriores, fácilmente visibles si son animales de color claro, o con heridas de diferente extensión y gravedad. Si se pregunta al dueño desde cuando el animal presenta el problema, sin duda la respuesta será “desde hace tiempo..., a veces se mejora pero luego vuelve a empeorar”.
En la dermatitis por lamido, los perros se lamen una o más extremidades provocándose frecuentemente una lesión importante. No es raro encontrar un área de piel sin pelo, sensible y húmeda o engrosada y con los pelos del borde de la zona de color más oscuro que el resto. Generalmente la lesión es única, puede darse en cualquiera de los miembros, más comúnmente del lado izquierdo, pero también en otras partes del cuerpo accesibles a la lengua del perro por ejemplo la zona inferior del cuello, el rabo, el abdomen, etc.

El animal empieza a lamerse, cambia el color del pelaje en la zona, el lamido constante quita el pelo y causa inflamación, se impide la cicatrización y se favorece la infección secundaria. Esta irritación continua produce picazón induciendo más y más al perro a lamerse y morderse en ese sitio perpetuando la lesión.
A veces una herida previa puede iniciar el lamido o éste ser respuesta a falta de bienestar emocional del animal. Con el agravamiento del problema puede desencadenarse un trastorno equivalente al trastorno compulsivo de las personas.
Puede presentarse a cualquier edad y sexo, generalmente llegan a la consulta animales mayores de 5 años. Las razas más afectadas son el Dobermann, Gran Danés, Labrador Retriever, Setter Irlandés, Dálmata y perros Pastores. Sin embargo también pueden padecerla perros de tamaño pequeño y mestizos.
Para el diagnóstico en primer lugar siempre deben descartarse causas físicas: enfermedades originadas por bacterias, hongos o parásitos externos (pulgas, sarna), tumores, alergias, irritación en puntos de presión, problemas articulares o neurológicos, etc. Puede ser necesario realizar distintos estudios complementarios como cultivos, raspado de piel, citología, biopsia o radiografías, que serán indicados por el médico veterinario según necesidad.
Si no puede determinarse la causa del problema, la consulta de comportamiento con un médico veterinario especializado en Etología Clínica es imprescindible.
Evitar que el animal se lama mediante una venda o un collar isabelino da poco resultado, puede permitir que se mejore la zona pero una vez que éstos se retiren volverá a lamerse causándose otra vez una lesión. En algunos casos esta limitación de acceso agrava el problema porque aumenta la ansiedad o excitación del animal.
Cualquier situación estresante puede desencadenar el lamido excesivo: una mudanza, restauraciones en la vivienda, salidas del dueño o cambios del horario cotidiano, vacaciones, incorporaciones recientes al hogar, peleas en la familia, nuevos animales, etc. Con el tiempo como sucede con otros trastornos compulsivos el problema se puede generalizar a otras situaciones.
El tratamiento debe orientarse a resolver el problema de piel y de conducta.
En los gatos esta enfermedad se presenta como alopecia o dermatitis psicogénica.
Alopecía significa falta de pelo. Es también producida por el lamido excesivo, y cuando se presenta inflamación en la zona, ésta aumenta el lamido produciéndose así un círculo vicioso.
Las razas más afectadas son el siamés, abisinio e himalayo, pero también puede darse en gatos mestizos. Se presenta en ambos sexos y a cualquier edad.
Las áreas involucradas son aquellas que el gato puede alcanzar con su lengua más fácilmente, como la parte anterior de los miembros anteriores, parte interior de los posteriores, abdomen, región inguinal y menos frecuentemente la zona lumbar y el rabo.
La alopecia psicógena felina puede ser el resultado de distintas situaciones que generen ansiedad o frustración y con el tiempo puede convertirse en un desorden compulsivo.
El diagnóstico y tratamiento son similares a los del perro, y es importante atender al mismo tiempo las lesiones en la piel y el problema de comportamiento.

Algunos de mis pacientes:

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