viernes, 30 de septiembre de 2011

Caminando juntos

El 19 de Marzo de 2011, bajo el lema “Caminemos juntos por los que están sin hogar” y por primera vez en la Argentina, se realizó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la Caninatón Pedigree.
Se inscribieron más de 1500 perros, fue una caminata no competitiva, de 1.5 o 3 kilómetros de longitud, según el tamaño y el estado físico del participante, con el fin de conseguir recursos para diferentes refugios de animales sin hogar.
El Dr. Romero me invitó a formar parte como etóloga, de un equipo de doce médicos veterinarios, entre ellos un cardiólogo, y otros tantos auxiliares.
Fue una experiencia muy interesante para mí ya que nunca había tenido la oportunidad de observar en un espacio abierto a tanta gente con sus compañeros cuadrúpedos.
A la hora de la inscripción comenzaron a acercarse desde los cuatro puntos cardinales familias completas con sus mascotas, de raza o mestizos, de tamaños diversos e incluso algunos con una extremidad menos o con carrito porque no podían desplazarse naturalmente.
Muchos disfrutaban del momento plenamente; otros tenían un bozal colocado; eran obesos; jadeaban y ladraban dando signos claros de miedo o de ansiedad o presentaban lesiones en sus miembros por el exceso de lamido.
Todos querían y podían participar salvo los cachorros menores de 6 meses, hembras en celo, animales muy excedidos de peso y aquellos con alguna patología física o comportamental que le imposibilitara hacerlo porque podían generar daños a sí mismos o a los demás. La consigna era que la jornada resultara placentera para todos, personas y animales
Mi trabajo fue evacuar las dudas que pudieran tener los propietarios respecto de la conducta de su perro o sobre el comportamiento canino en general, y aconsejar a aquellos cuyos animales eran derivados por mis compañeros que estaban en el área de admisión para que evaluara si era factible, por su conducta, que participaran en la caminata.
A quienes se acercaban con diferentes inquietudes les pregunté cómo describirían a su perro.
Algunas respuestas fueron: “atlético”, “la alegría de vivir”, “inagotable”, “le encanta correr y no se cansa nunca”, “cuando está en casa es tranquilo pero si salimos tironea de la correa de uno a otro lado”, “va constantemente jadeando como si no le alcanzara todo el aire para respirar, “no importa el tiempo de paseo, siempre quiere más y busca ir más allá, no le alcanza el horizonte”, “afuera no obedece, si cruzara la calle seguramente atropellaría él al vehículo, cuando está en un lugar abierto no atiende lo que sucede a su alrededor”.
Algunos decían: “ladra a los perros que se cruza no para pelear sino para interactuar”, otros “es patotero, quiere luchar con todos sin importar su tamaño”.
Cuando les pregunté si disfrutaban plenamente de una caminata con su mascota, generalmente la respuesta fue negativa, muchos querrían poder “sacarle las pilas” aunque fuera por un rato para poder ellos mismos relajarse un poco y disfrutar del paseo.
Hubo propietarios que me comentaron “le cuesta mucho salir a la calle, quiere pasear pero enseguida tironea de la correa para volver a casa”.
Obviamente pocos minutos no alcanzaban para realizar un diagnóstico, la consulta etológica dura aproximadamente una hora, pero sí era tiempo suficiente para informarle al propietario que la conducta de su perro distaba del repertorio conductual normal de la especie canina.
Mucho de lo que describían indicaba una secuencia comportamental alterada, el perro no podía detenerse hasta caer exhausto y solo por algunos minutos que le servían para reponer energía y volver a empezar dando muestras claras de una actividad excesiva en respuesta a los diferentes estímulos que los rodeaban.
En otros casos el comportamiento indicaba signos claros de miedo excesivo, trastorno de ansiedad o agresividad. Sus dueños suponían equivocadamente que no podía hacerse nada para mejorar estas conductas.
En resumen, ví muchos perros con muy buen comportamiento y, como siempre hay opuestos, también observé muchos con mala conducta, estos sin duda necesitaban la ayuda de un veterinario especializado en etología para mejorar la convivencia familiar.
Algunos tenían el bozal colocado ya que eran agresivos con otros perros o con niños. Unos saltaban sobre el dueño pidiendo que lo alzara, otros tironeaban de la correa en diferentes direcciones arrastrando a su propietario detrás de él.
Algunos ladraban desaforadamente a sus vecinos de alrededor, otros solo querían escapar de la situación con el rabo entre las piernas.
Incluso hubo uno que levantó la pata y orinó sobre el zapato de su dueña cuando ella acarició a otro perro, no imaginan como lamenté no poder filmarlo.
La jornada fue un éxito. Hubo diferentes espectáculos, y el clima ayudó a que todo saliera bien ya que estaba cálido y el viento suave hacía que el sol resultara agradable. Se logró reunir 10 toneladas de alimento para los refugios y está la promesa de repetir la experiencia en el 2012.
Tenemos un año por delante para trabajar en los comportamientos que deseamos mejorar para disfrutar de una experiencia diferente en la próxima caninatón y al mismo tiempo realizar una obra de bien para ayudar a tantos perros sin hogar.
No olvidemos que el mal comportamiento es una de las causas de abandono de animales en la vía pública.

Algunos de mis pacientes:

En unos segundos estaré listo...