jueves, 24 de agosto de 2017

Vagando por las calles, mirando la gente pasar…

Es frecuente encontrar perros callejeros de raza o mestizos y hay quienes expresan que es consecuencia del menor poder adquisitivo en la sociedad. Ese podría ser uno de los motivos, pero solo uno; personalmente creo que echarlos a la calle se debe a la falta de educación, de conciencia social y de responsabilidad de quienes los tienen a su cargo. Como seguramente muchos, no me veo a mi misma o a mi familia haciéndolo independientemente de lo que suceda a mí alrededor, los perros y gatos de casa son parte importante de nuestra vida y ni la falta de dinero o problemas que pudiera causar su comportamiento desencadenaría esa decisión.
Algunos de los vagabundos conviven con personas que abren la puerta a la mañana y los dejan salir de recorrida por las calles sin controlar si ingieren cualquier cosa con el riesgo de intoxicarse o enfermar, si corren autos con la posibilidad de generar accidentes automovilísticos, si con su comportamiento lesionan a otros, o si se reproducen indiscriminadamente. Esto tiene consecuencias para el animal, que puede sufrir daños y para la sociedad porque si enferma contagiará a otros, animales o personas, causará heridas de diferente gravedad, y si engendra hijos estos permanecerán en la vía pública, crecerán, se reproducirán, ocasionarán perjuicios… transformando el problema en una bola de nieve que se agiganta día a día y es muy difícil de detener.

La tenencia no responsable llevó al aumento de patologías que ya habían sido controladas en la población canina mediante la vacunación y desparasitación, entre ellas moquillo, parvovirosis, leptospirosis, sarna, pulgas, e incluso rabia, enfermedad zoonótica mortal para el perro, el gato y la gente. Si el perro tiene parásitos intestinales elimina sus huevos junto a las heces que deposita por doquier y estos huevos maduran en el ambiente contaminándolo, muchos de estos parásitos perturban la salud de los niños, otro de los tantos problemas que ocasiona el vagabundeo.
El aumento de perros callejeros es un tema de la salud pública, los enfermos pueden afectar a congéneres y personas, y la salud de la población se paga con el dinero aportado por medio de impuestos. Chile, nuestro vecino, ya elaboró una ley de tenencia responsable “El abandono de los animales será considerado maltrato y será sancionado con multas que podrían alcanzar los USD 2 000 y la inhabilitación para tener otro animal”, espero que pronto suceda lo mismo en Argentina.
Además el perro que por necesidad aprende a valerse por si mismo poco a poco deja de ser doméstico, el correr del tiempo y las circunstancias que enfrenta a diario lo transforman gradualmente en salvaje, como es social se reúne con otros de su misma condición formando jaurías que se alimentan de la caza y cuyos cachorros ya no están socializados con el hombre y son más temerarios y agresivos, esto facilita los peligrosos ataques a personas y animales que últimamente son noticia frecuente en medios de comunicación masiva.
Algunos callejeros ingresan a refugios para ser entregados en adopción, pero pocas veces se tiene en cuenta que muchos de ellos fueron abandonados por sus malos comportamientos, que son la principal causa de eutanasia y abandono en el mundo. Estos problemas de conducta deben ser resueltos para evitar que sean nuevamente echados a la calle por aquellos que desean que el animal “sea agradecido”, cosa que no será, y les otorgue felicidad sin complicaciones. Son pocos los que antes de decidir deshacerse del perro buscan ayuda profesional y llegan al consultorio para, a partir del diagnóstico y tratamiento adecuado, ayudarlo a recuperarse.
Los malos comportamientos que observo más frecuentemente en perros rescatados son vocalizaciones o roturas al quedar solos, actividad excesiva, agresividad hacia quienes ingresan a la vivienda, a los niños o a otros perros de la casa o la calle, miedos excesivos por diferentes causas, agresividad hacia sus tutores después de un tiempo de habitar en el hogar, excitación durante los paseos en la vía pública que los lleva a abalanzarse para correr autos, saltar a la gente…
La mayoría de las veces se encuentra la solución para la conducta problema pero siempre con el apoyo de quien lo tiene a su cargo que debe dedicarle tiempo y esfuerzo para arribar a final feliz, evitando los malos tratos que favorecen la instalación de miedos, ansiedad y agresividad.
Es usual ver a personas ofreciendo cachorros y adultos de perros y gatos para su adopción, y es frecuente que quienes pasan a su lado se detengan a observarlos, acariciarlos…, o elegirlos para integrar su familia. La decisión apresurada durante un paseo lleva a preguntarme si ese animal permanecerá en el hogar o nuevamente será abandonado si la convivencia con él no resulta lo esperado.
A pesar del primer impulso, no es recomendable adoptar un animal sin meditarlo seriamente ya que, salvo que sea muy viejito o enferme, será un compañero de aventuras durante muchos años. Así mismo, es necesario que los miembros de la familia estén de acuerdo para que él no sea un motivo de discordia y altere la tranquilidad del hogar, y hay que prever que su llegada implicará gastos de dinero en salud y manutención que estarán directamente relacionados con su tamaño de adulto.
Perros vagabundeando por la calle hay por doquier, se los ve en diferentes pueblos y ciudades de extensión y recursos diversos. Unos sin enfermedades físicas aparentes, otros con signos claros de sarna, heridas y muchas pulgas. Algunos despreocupados y disfrutando su vida de perro. Otros con esa mirada que nos oprime el corazón y nos invita a llevarlos a casa sin medir las consecuencias.
A la hora de decidir por sí o por no hay que ser fríos y pensar bien los beneficios y dificultades que puede acarrear. Ser un tutor bueno y responsable no es una tarea sencilla aunque sin duda él lo retribuirá con creces con su lealtad y amor incondicional. Si presenta un comportamiento problemático el médico veterinario lo ayudará a recuperar su bienestar y así el de toda la familia. Abandonarlo a su suerte no es una solución aceptable en un hombre de bien.

Algunos de mis pacientes:

En unos segundos estaré listo...