lunes, 20 de mayo de 2013

Mañana puede ser mejor

Las vacaciones llegaron a su fin. Nos queda un largo año por delante para disfrutar de las próximas.
Con mi familia compartimos el receso con uno de nuestros compañeros perrunos, “Chasco”, la última adquisición, hoy un cachorro mestizo de 4 meses y medio. La playa me pareció un buen lugar para su socialización y habituación a diferentes situaciones, para que en la edad adulta se comporte bien con la gente y otros animales.
Para Chasco, su primera experiencia con la playa fue genial, y nosotros gozamos de su compañía.
Había olores diferentes, objetos diversos para explorar... Comió arena, bebió agua del mar, y probó el pochoclo que fue su gran debilidad durante la estadía.
Hizo pozos para refrescarse y largas caminatas con correa o suelto.
Practicó los rituales caninos con congéneres de distinto sexo y edad, e interactuó con personas diferentes, desde niños a ancianos.
Como no puedo con mi genio ni aún en mi tiempo de descanso, me dediqué a observar la conducta de los perros de mis vecinos de balneario. La presencia de los animales me facilitó conversar en forma casual con sus propietarios para conocer su historia.

Algunos de mis pacientes:

En unos segundos estaré listo...