martes, 26 de julio de 2016

Mi compañero de 4 patas, ¿está en estado de bienestar?

Muchos aman a sus animales de compañía, se ocupan de que no les falte alimento, lo llevan a la peluquería y cuidan su salud física, pero en ocasiones les resulta muy dificultoso reconocer los signos que indican falta de bienestar emocional.
Cuando se refieren a su perro o gato escucho frecuentemente frases como las siguientes.
Respecto del perro suelen expresar:
  • “Rompe porque es cachorro, tiene solo 2 añitos”
  • “Es racista, hay gente que no le gusta y por eso le gruñe, seguro que alguna vez le pegaron”
  • “Es tan cariñoso que cuando lo acaricio se desespera tanto que mordisquea las manos”
  • “Es re inquieto, no para nunca, lo llevo a la plaza corre dos horas y después quiere seguir jugando en casa”
  • “Es mi sombra, me sigue por toda la casa”
  • “Levanta la pata en los muebles porque quiere vengarse de mí cuando lo reto”
  • “Me muerde, sin querer, los tobillos cuando me voy porque no quiere que lo deje solo, o desea jugar”
  • “Le teme a los petardos como todos los perros” o “No le teme a los petardos, ¿escuchará bien?”
  • “Monta las piernas porque necesita una novia” o “Es homosexual porque monta a los machos”
  • “No deja entrar a nadie a casa, cuando vienen visitas tengo que sacarlo porque se abalanza”, o “De noche ladra todo el tiempo porque es muy guardián”
  • “Es celoso, me cuida, nadie puede acercarse a mí, me protege hasta de mi esposo y mis hijos”
  • “Es insoportable como todos los perros de razas chicas”
  • “Le ladra a todos los perros, llevarlo de paseo es de terror”

sábado, 23 de julio de 2016

Querido viejo

El tiempo no puede detenerse y la vida del perro es corta. Con la edad quizá siga juguetón como antes, pero comienzan sus limitaciones y es más susceptible a contraer enfermedades, necesita una buena y balanceada alimentación, vacunación anual y desparasitación frecuente.
Comienza a ver y a oír menos, por esto último suele no responder al llamado u obedecer órdenes, pareciera que está más rebelde y no lo es.
Si era asustadizo puede agredir cuando alguien se acerca y lo sorprende, y estar irritable cuando lo acarician o pasan cerca. Los miedos y la ansiedad empeoran si no fueron tratados en edad temprana, si hay niños en casa siempre debe supervisarse su interacción con él.

lunes, 4 de julio de 2016

Mi amigo y protector

Apolo fue el primer perro de la familia, un mestizo de collie que llegó de cachorro para acompañar a mi hijo mayor de un año y medio. Era amigable con conocidos y extraños en la calle y en casa, a quienes le dirigían la mirada se acercaba moviendo la cola y todo su tren posterior invitándolos a acariciarlo, pero cuando por alguna razón se quedaba solo con la persona ajena al hogar demostraba su instinto guardián, se paraba erguido frente a ella y evitaba con una mirada amedrentadora que se moviera del lugar a donde estaba hasta nuestro regreso, cuando nuevamente se comportaba como amigo. Pasaron años y mis tres hijos se sentían seguros en su compañía, la frase “No te preocupes mami, Apo nos cuida” era frecuente y yo sabía que en su presencia nada malo podría sucederles.

Una noche, mientras estaba entrando el auto en el garage, su ladrido de alerta y la ferocidad con que se abalanzaba a la puerta de calle avisó a mi familia de que algo malo me estaba sucediendo afuera, gracias a su conducta dos delincuentes que me amenazaban con armas de fuego se dieron a la fuga sin hacerme ningún daño físico, pero sí emocional ya que por varios meses temí salir a la calle cuando oscurecía, solo lo hacía si Apolo me acompañaba, con él me sentía protegida. Nadie se lo había enseñado, estaba en su naturaleza, formábamos parte de su mundo y así debía ser sin evaluar los riesgos.

Algunos de mis pacientes:

En unos segundos estaré listo...