Muchos comentan que a su perro solo le falta hablar.
En realidad, él no necesita “hablar” como nosotros lo hacemos ya que se expresa sin necesidad de utilizar palabras. Se comunica mediante un lenguaje no verbal que es importante reconocer para no confundir su mensaje. La mala comprensión del lenguaje canino origina muchos de los problemas de comportamiento que se presentan en el perro.
Entonces, ¿cómo se comunica el perro?
Lo hace dando diferentes señales con su cuerpo.
Algunas de estas señales son involuntarias, por ejemplo el jadeo, y otras voluntarias, como los gruñidos, ladridos, gemidos…, y distintas poses corporales y gestos que necesita aprender cuando es cachorro interactuando con su madre y hermanos.
Si se desplaza lentamente, seguro, erguido, con el pecho hacia delante y orejas elevadas, nos indica que se siente dominante. También da un mensaje semejante la exhibición de los órganos genitales durante el marcaje con orina con la pata bien levantada.
Por el contrario con una postura baja o colocándose panza arriba manifiesta sumisión.
¿Siempre entiende lo uno desea transmitirle?
No. A veces no puede comprendernos claramente y, en consecuencia, no obedece.
Como informo a los dueños de caninos que me solicitan una entrevista por su mala conducta, lo primero que debemos hacer para solucionarla es hablar el mismo idioma, y eso no significa comenzar a ladrar.
Suele suceder que cuando el propietario se comunica con su perro le da un mensaje confuso porque lo que dice con palabras no coincide con lo que expresa con su cuerpo, esto último es en realidad lo que le dará o no sentido a lo verbal, afirmándolo o contradiciéndolo.
Para que pueda comprender y responda a lo que se le pide, las palabras y los gestos no deben confundirlo.
Debe existir coherencia entre la entonación, intensidad y tono de la voz, el movimiento del cuerpo y los gestos y mímicas del rostro.
